Monday, May 31, 2010

Las matemáticas de las encuestas

Las empresas encuestadoras encabezan la lista de los perdedores de estas elecciones. Al menos eso dicen los analistas. Ah bueno, y los candidatos también. Pero, cómo es posible que las encuestas hayan fallado de manera tan estrepitosa? Aquí va mi teoría: de acuerdo con los resultados de las dos elecciones pasadas, los sondeos fueron mucho más precisos de lo que muchos piensan.

El ejercicio es simple. Analizando los resultados de las elecciones presidenciales y las parlamentarias las cuentas cuadran a las mil maravillas. Para ilustrar mi punto, les pongo un ejemplo. El partido liberal obtuvo 1.8 millones de votos en las parlamentarias, mientras que Pardo, sólo logro retener algo más de 600 mil votos. El resto, 1.2 millones, adivinen para dónde se fueron. Lo mismo ocurre con el partido conservador. A Noemí 1.4 millones de votos le hicieron la U. Sumando éstos los votos del PIN, se tiene que, entre tráfugas y clientelistas, los votos que favorecen el status quo equivalen a 3.5 millones. Si les restamos esos votos a Santos, se queda con 3.3 millones millones de votos. Bastante parecida a la votación de Mockus! (37% contra 35%)

Votos (millones)
Congr. Presid. "Propios" %
Partido de la U* 2.8 6.8 3.3 37.1%
Conservador 2.3 0.9 0.9 10.1%
Liberal 1.8 0.6 0.6 6.7%
Cambio Radical 0.9 1.5 0.6 6.7%
Polo Dem. 0.9 1.3 0.4 4.5%
Partido Verde 0.5 3.1 3.1 34.8%
PIN 0.9 14.2 8.9
*Restar Trafugas+PIN 3.5

Más sorprendido quedé al calcular los porcentajes con respecto al total de votos "propios" (8.9 millones, que resultan de los 14 y pico millones menos los votos "clientelistas", es decir, todos aquellos que no resultaron de las elecciones parlamentarias), pues estos coinciden casi que mágicamente con los porcentajes de intención de voto que mostraban las encuestas unas semanas antes de las pasadas elecciones.

Por lo anterior, creo que las encuestas no estaban diciendo mentiras. Simplemente no sondearon a los votantes. O más bien, no agarraron el voto amarrado. El del guarito, el tamal y el puesto de trabajo.


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