Thursday, April 16, 2009

Las fórmulas de la crisis

¿Cuál es la fórmula para salir de la crisis en Colombia?, fue una de las preguntas que me tocó responder en días pasados (a través de Internet y a nombre de mi jefe) a uno de los periodistas locales. Mi primera reacción fue, obviamente, de desconcierto. Primero, es que no es claro que haya una "crisis" propiamente en Colombia, al menos una crisis económica que yo sepa. Mi diagnóstico es que es probable que la economía efectivamente esté en recesión ya, pero lo que está sucediendo aún no se puede caracterizar, vuelvo y repito, como una crisis al estilo de la vivida a finales de los 90. Ok, bueno, supongamos que tengo el diagnóstico equivocado y efectivamente Colombia está en medio de una crisis.

Lo peor es que me tocaba decir algo inteligente. Cinco años de doctorado en teoría económica y otros tantos más de estudiar economía "en la práctica", no podían haber pasado en vano. Tocaba mostrarle a mi jefe que de algo sirvieron. Pero, ¿qué diablos responde uno a semejante pregunta tan pendeja? Y no es por tratar de idiota al periodista, ni mucho menos, pero en estas épocas de "crisis", la gente acude a los economistas como si se fueran al médico. A que les digan qué tiene la economía y cómo curarla. Con un diagnóstico diferente al del periodista y con una fórmula que igual no le van a parar bolas, procedí a dar mi respuesta.

"Desafortunadamente esta es una crisis global, originada en las economías industrializadas, que generan 72% del producto mundial, y que necesariamente tendrá un impacto negativo sobre nuestro desempeño. En estas circunstancias, lo primero que hay que entender es que no hay fórmulas mágicas. Todas las políticas tienen costos asociados. Dicho esto, una de las cosas que podemos hacer en economías pequeñas como la colombiana, es responder con políticas contra-cíclicas, pero sin volvernos imprudentes. Parte de estas políticas ya se están implementando, en particular, mediante la reducción de tasas de interés por parte del Banco de la República y el haber permitido una corrección importante del desequilibrio cambiario. Esto ha sido posible gracias a que el banco actuó preventivamente, aumentando las tasas de interés en la época de las vacas gordas. Si bien, en mi opinión, pudo haber subido exageradamente las tasas de interés, esta política se complementó con otras políticas prudenciales como la acumulación de reservas internacionales e imponiendo controles a los flujos de capital especulativos. Por desgracia, la política fiscal fue pro-cíclica y no se ahorró durante el auge para poder gastar en la recesión. En consecuencia, ante la caída del recaudo tributario la política fiscal no puede ser decididamente contra-cíclica sin deteriorar la sostenibilidad de la deuda pública. A pesar de estas limitaciones, el Gobierno ha permitido la operación de estabilizadores automáticos, relajado la meta de déficit para 2009 y priorizado el gasto en infraestructura y vivienda, que son los que mayores multiplicadores tienen. Estas son buenas políticas, pues muestran el esfuerzo por ser prudentes en el gasto para mantener el acceso a los mercados financieros internacionales y la confianza de los agentes en la política fiscal. Sin embargo, también hay políticas desastrosas, como mantener congelado el precio de la gasolina su pico histórico, porque eso erosiona el ingreso disponible de las familias y eleva los costos de producción de las firmas. Mientras en otros países ese efecto ya se ha diluido en Colombia decidimos prolongarlo."

La traducción de esta respuesta al lenguaje callejero es: no hay nada que hacer diferente a lo que ya se está haciendo el Banco de la Répública, quien trató de bajarle el volúmen a la música y moderar la euforia de la fiesta cuando todo el mundo, incluido el mismo gobierno, estaba envacalocado chupando guarapo y pensaba que la rumba no iba a terminar. Pues bien, la pachanga se acabó y ahora, con este guayabo tan berraco, pues no se le puede pedir al paciente que se vaya pa'l gimnasio. Obviamente, pues este tipo de cosas no se dicen de esta forma, y me tocaba proceder con la parte inteligente de la respuesta.

"Ahora bien, paralelamente a las políticas de corto plazo, creo que otra cosa que podemos hacer durante esta crisis externa es aprovechar la oportunidad para avanzar en reformas estructurales y fortalecer las buenas políticas pensando en el largo plazo. Creo que el país debe sentarse a pensar seriamente en cómo remover la maraña de distorsiones tributarias que perpetúan la informalidad y la ilegalidad. Un par de ejemplos, son las altas cargas laborales y el impuesto a las transacciones financieras. Ambos generan unas distorsiones gigantes que estimulan el crecimiento del sector informal e inclusive el delito. Allí los economistas llevamos 40 años fallando. Porque hemos estado de acuerdo en todas estas cosas sin poder convencer a los políticos. "

De nuevo, la traducción simple es que, en lugar de estar chupando trago y comiendo lechona de la forma como lo hemos venido haciendo, hay que cerrar el pico y mandar la economía al Bodytech todos los días Lunes a Domingo, a las 5 de la mañana, para a eliminar toda la grasa y el colesterol que tiene de sobra. Obviamente, a nadie le gusta esta "formula". Menos a los políticos, que son los que mandan.

Ah y también puse otras cosas, pero esas sí eran pendejadas. Como la pregunta.


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